Cómo controlar tu productividad según la hora que sea

Si viviésemos en un mundo perfecto, sería ideal poder apretar un botón que nos convirtiese en seres súper eficientes y productivos cuando más nos apeteciese.

Pero la realidad es que la productividad no es algo que se pueda iniciar con tan solo apretar un botón.

Cosa que, por otro lado es todo un alivio. Pues imagínate lo que supondría estar todo el día al 100% de tu capacidad de productividad…acabarías reventado de verdad.

Y yo no me imagino a ningún empresario que quiera tener éxito, que no tuviese el botón de la productividad activo constantemente.

Ahora bien, el hecho de que no podamos activar nuestra productividad dándole a un botón, no significa que no podamos controlar aquellos momentos en que más lo somos.

Y por eso hoy te voy a contar cómo puedes llegar a ser más productivo dependiendo de la hora que sea.

 

Cuándo dicen los expertos que somos más productivos

Muchos estudios y también la inmensa mayoría de los expertos en productividad, coinciden en que por las mañanas se es mucho más productivo. En concreto las 2 o 3 primeras horas justo después de despertarte.

Sin embargo para mí esta es una afirmación demasiado generalista. Porque, aunque yo también te recomiendo que abordes tus tareas más importantes por la mañana a primerísima hora, creo que es importante remarcar que esta no es una regla perfecta.

Y no lo es, porque casi nunca se tiene en cuenta el tipo de trabajo que se desempeña, ni tampoco la hora estimada en la que uno se levanta. Pues seguro que coincidirás conmigo en que no es lo mismo levantarse a las 7 de la mañana que a las 11. Y, de igual manera, en lo que respecta a la productividad, no es lo mismo un empresario, que un directivo o que un empleado de base.

De todas formas, esta afirmación sí serviría si en lugar de tener en cuenta el tipo de trabajo que se desempeña, se tuvieran en cuenta los objetivos personales. Y siempre más en base a las circunstancias personales de cada uno, que a la hora que sea.

Porque está más que demostrado que los picos de mayor productividad se consiguen en aquellos momentos del día en que nada ni nadie nos puede molestar o interrumpir.

Siendo de ahí de donde sale que, si quieres ser más productivo, te levantes un par de horas antes de lo que sería tu hora habitual, que no es porque por levantarte antes vayas a ser más lúcido, si no porque a según qué horas de la mañana es bastante difícil que te interrumpan, al menos laboralmente hablando. 

Sin embargo, hay gente que en lugar de madrugar prefiere conseguirlo a última hora después de finalizar la jornada. Pues así también logra lo mismo que si madrugase, pero sin tener que hacer el esfuerzo de levantarse antes. Basándose principalmente en que a esas horas tampoco le van a llamar o va a venir nadie a molestarle.

 

En realidad, ¿cuándo somos más productivos?

Por lo tanto y según todo esto, ¿cuál podríamos considerar que es el mejor momento del día para ser más productivo, madrugando por la mañana, o quedándote después de finalizar la jornada?

A esta pregunta sólo puedes responderte tú mismo y, para ello, lo primero que tendrías que hacer es reflexionar sobre cómo es un día normal en tu vida, intentando determinar cuáles son las circunstancias en que eres menos molestado y te puedes concentrar con mayor facilidad.

Y en caso de no encontrar ninguna, es cuando la solución ha de pasar por forzar esos momentos, teniendo en cuenta que la principal diferencia que existe entre levantarte más temprano o quedarte al finalizar la jornada, está en la energía que vas a tener disponible.

Y es que, por la mañana, aunque te cueste más empezar debido a la sensación de somnolencia, lo cierto es que tienes las energías renovadas después de haber descansado, y de forma natural, estarás más dispuesto a afrontar momentos de enfoque. Aunque por contra sabrás que a partir de cierta hora, la vorágine del día te va a absorber y habrás de ceder.

Por contra, si optas por querer hacerlo al finalizar la jornada, tus energías no estarán tan frescas. Pero el saber que no tienes límite de tiempo para trabajar sin molestias, te permitirá trabajar más relajado.

Así pues, y aunque cada persona es un mundo, yo insisto en recomendarte que las mañanas te aportarán mayores beneficios. Pues el esfuerzo de levantarte antes en realidad no es tan duro, y una vez que el hábito forma parte de ti, incluso llegarás a decirte a ti mismo que porque no lo habías empezado a hacer antes.

Y en base a esta lógica, te voy a dar unas cuantas ideas de cómo puedes repartir tus tareas en tu día a día si al final optas por las mañanas para forzar tus momentos de productividad.

 

Por la mañana a primerísima hora

Por las mañanas nada más levantarte, aprovecha el tiempo que necesitas para despejarte, para tomar el café y para hacer esas tareas simples y rutinarias que haces cada día. Cosas como revisar el email, revisar tu calendario y listas de tareas, mirar tus cuentas bancarias y, en definitiva, para hacer cualquier pequeña tarea que no requiera de que estés 100% concentrado para ejecutarla.

Un vez que estás más despejado es cuando te tienes que poner con las tareas más importantes, que tú mismo hayas establecido previamente. Procurando adelantarlas tanto como te sea posible antes de que inicies tu jornada habitual, pues una vez que empiece tu día laboral común, ya no te será tan fácil mantener la concentración necesaria.

 

Durante la mañana

Durante la mañana, ve bloqueándote espacios de tiempo, de por ejemplo una hora -o media si no te puedes permitir una hora seguida- para que continúes con tus tareas más importantes. Ya sea encerrándote en tu despacho, apartándote del mundo, o simplemente poniéndote unos auriculares.

Y de la forma más inteligente posible, elegir qué más puedes hacer, teniendo en cuenta el tiempo del que dispongas, el contexto en el que te encuentres y la importancia que cada tarea tenga para ti.

 

Por la tarde

Por las tardes después de comer tu energía ya habrá disminuido bastante y, además, habrás de sumar la modorra tonta que nos da después de comer. Por lo tanto, aprovecha para adelantar esas tareas que requieren de menor energía, pero que también han de ser realizadas.

Y al finalizar la jornada, unos minutos antes de volver a casa, dedícalos a ordenar tu mesa, a revisar tu calendario para el día siguiente y para elegir las tareas con las que quieres trabajar a primera hora. Así, cuando empiece el nuevo día, no tendrás que perder el tiempo teniendo que elegir qué puedes hacer. Con lo que conseguirás mayor control sobre el trabajo que tienes que hacer y no dejando que sea éste el que tenga el control de tu persona.

 

Por la noche

Y ya por las noches cuando hayas acabado, dedícate a tu familia y amigos, a ver la televisión, a leer, o a cualquier otra cosa que te apetezca hacer, pero que no sea trabajo. Porque parte de ser productivo también pasa porque tengas tus propios momentos de ocio y disfrute personal.

 

Y en los ratos muertos…

Por otro lado, también has de tener en cuenta los ratos muertos que durante el día te vas a encontrar, porque es algo que hasta al más organizado le aparecen.

Y ante esto, de lo que se trata es de que los tengas previstos como una parte más de tu trabajo para que no te cojan desprevenido, y los dediques a cosas como revisar las redes sociales, aprovechar para hacer llamadas, actualizar las listas de tareas, hacer búsquedas por internet, leer artículos, o simplemente, para descansar y que te relajes. Que, en cualquier caso, no es lo mismo estar ocioso, que decidir conscientemente relajarte.

 

Conclusión

Ya para ir finalizando, simplemente decirte que la productividad es más una cuestión de actitud que de otra cosa y que, como ya te he adelantado antes, lograrás ser más productivo en función de lo tranquilo y poco molestado que puedas llegar a estar en el momento de abalanzarte sobre esas tareas que requieren de todo tu yo para ejecutarlas. 

Y siempre, por supuesto, sin olvidar que si lo que tienes que hacer es algo que quieres hacer, te va a costar mucho menor esfuerzo que si tienes la obligación de hacerlo.

Así que ahora la pelota está en tu tejado y eres tú quien tiene que reflexionar y decidir cuál es el mejor momento del día para ser más productivo. Porque si quieres lograr el éxito, la productividad te va a ayudar mucho más de lo que te imaginas.

 

Hasta la próxima.

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