En este curso continuamos a tope en la reprogramación de tu mente, para que sigas preparándote para que lo que tienes por delante te resulte más sencillo de afrontar.

Porque, hasta ahora hemos visto en las lecciones anteriores, cuál es el tipo de negocio por el que merece la pena pelear y que es el que deberías querer conseguir. Y que, desde luego, no es verlo como si fuera un empleo en el que, aunque en realidad no tienes ningún jefe, actúas como cuando lo tenías, y encima asumiendo un enorme riesgo tanto a nivel económico, como a nivel familiar y social que te impide poder disfrutar del privilegio de ser empresario. Sobre todo, si los resultados que te está dando no son los que esperabas.

Y por eso es importante que antes de ponernos con tu empresa y con todo lo que tienes que saber hacer y preparar para que esta funcione como las mejores, es imprescindible que trabajes sobre ti mismo para que, como mínimo, los logros que alcances tengan algún sentido y tú puedas sentirte realizado.

Y es que, la base para que tú consigas aquello que quieres a través de una empresa pasa por 2 frentes. Por un lado, que sepas claramente qué es lo que quieres para ti. Y, por otro, que veas tu empresa como el vehículo que ha de llevarte hasta ello.

Pero de los 2, el más importante con diferencia es el primero, porque si no sabes lo que quieres para ti, da igual lo bueno que sea el vehículo que tienes porque, aunque llevarte te llevará, en realidad no estará yendo a ningún lado.

Por lo tanto, pongámonos manos a la obra.