¿Estás quemado?
Si no lo estás, seguro que lo has estado, y muy probablemente lo llegues a estar.
Especialmente si no lo evitas.
Porque es algo que puedes evitar, o como mínimo, minimizar.
Estar quemado es cuando llegas a tal punto de estrés en el que ya te da todo igual.
Estás agotado a nivel físico y también mental.
Y no te apetece nada que esté relacionado con tu empresa.
Pocos empresarios conozco que no lo hayan sentido alguna vez.
Y yo personalmente lo he padecido al menos un par de veces.
Es incómodo y frustrante.
Y si no lo solucionas puede llegar a tener un impacto muy serio tanto en tus propias capacidades, como en tus relaciones y tu salud.
Sin contar, por supuesto, en el económico.
El efecto burnout, que es como se conoce, no aparece de la noche a la mañana.
Es progresivo y muy sigiloso.
Y para cuando te das cuenta ya lo tienes encima.
Y siendo conscientes de la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos, nuestros clientes, nuestros empleados y proveedores, y por supuesto, con nuestra familia, es importante que tengamos un plan preventivo para evitarlo.
Porque el problema de sufrirlo no es sólo que tú estés mal.
El problema es que cuando tú estás mal arrastras a todo el universo que gira en torno a tu negocio.
Y no es justo.
Ni conveniente.
Así que te voy a decir qué es lo que principalmente lo provoca, y algunos tips para evitarlo.
1- Tienes exceso de carga de trabajo
El primero y quizá el principal culpable de todo, es que tienes un exceso de carga de trabajo.
Es decir, que no paras de hacer cosas, y además, ves que la lista de tareas pendientes cada vez es más grande.
La solución a esto es fácil.
Que no simple.
Lo primero, dedícate a tu trabajo, que es el de dirigir el negocio, y déjate de tareas que no es imprescindible que las realices tú, por mucho que pienses que si no lo haces tú no saldrán bien.
Delega!
Lo segundo, búscate un sistema de organización que te aporte orden y te dé control sobre lo que haces tú, sobre lo que hacen los demás, y sobre lo que está pendiente de manera general.
Y lo tercero, planifica. Dedica horas a planificar, porque cada minuto que dediques a esto es como una hora de ahorro de trabajo físico.
2- La recompensa no compensa
Cuando lo que recibes a cambio del gran esfuerzo que realizas no te satisface, empiezas a pensar cosas como que no merece la pena trabajar, que si te has equivocado de negocio, y tontunas varias.
No te agobies, que gestionar con eficacia no es tan fácil como lo que dicen muchos.
Especialmente los que no lo han hecho nunca.
Primero define qué quieres que te dé a ti tu empresa.
Es decir, cuál es el estilo de vida que quieres conseguir a través de tu negocio.
Cuánto dinero quieres ganar.
Cuánto tiempo libre quieres.
Cómo quieres que vivan los que te rodean, etc.
Y a partir de ahí planifica el modo de conseguirlo.
O sea, que no abras las puertas del negocio cada día sólo para vender.
O porque tienes que hacerlo.
Abre con la idea en la cabeza del estilo de vida que quieres que te aporte la empresa y trabaja para ello.
3- Te falta control
Cuando no sabes lo que pasa en tu empresa, ni por qué pasa, te genera tal sensación de desazón que te obliga a estar en el centro del meollo constantemente.
Y eso fatiga de muy mala manera.
Para solucionar esto, hazte una lista de todo lo que te gustaría saber de lo que pasa en tu empresa.
Ya sabes: facturación, beneficios, clientes nuevos, horas dedicadas por empleado, visitas a la web, cuánto dinero tienes, cuánto tienes que pagar el próximo mes, etc.
Lo que de verdad te haga sentir que sabes en qué punto estás y cómo se está avanzando.
Después, determina cómo puedes conocer esos datos. Es decir, si los tienes que buscar tú, o si tienes algún empleado que te los pueda facilitar.
Y finalmente créate algún sistema para meter esos datos.
Da igual que sea un Excel, un panel de control con colorines, o una simple hoja de papel escrita a mano.
Y revísala periódicamente.
Todo esto que te acabo de decir te ayudará tanto para evitar el efecto burnout, como para salir de él.
Pero piensa en cualquier caso, que es muy importante que tu mentalidad sea la de que tienes que crear un negocio que trabaje para ti.
Porque si tu idea es la de que tienes una empresa porque necesitas trabajar, da igual cuántas cosas hagas, que dejar de estar quemado te resultará toda una odisea.
Disfruta del día!
Rafa Valero
PD – Dejar de estar quemado y saber cómo evitarlo no evitará que te vuelva a pasar.
PD2 – Si tienes problemas con la mentalidad empresarial, contrátame una consultoría y te ayudo.