Cómo hacer que te respeten los empleados

Si quieres saber cómo hacer que te respeten los empleados, en este artículo vas a descubrir 9 claves para conseguirlo.

Porque aunque el respeto hay que ganárselo, nunca está de más una ayudita para acelerarlo.

 

 

Que te hagan caso no significa que te respeten

Antes de que nos pongamos con las claves para que logres que te respeten los empleados, es necesario que repasemos un par de cosas.

La primera y quizá más obvia, es que si tus empleados no te respeten, si es que en realidad es así, es debido únicamente a tu forma de actuar y al cómo haces las cosas.

Y, por lo tanto, es algo que se puede solucionar.

Aunque claro, para ello, primero deberás admitir que tú eres el único responsable de esta situación, y no el cerramiento de mente que tenga la gente que trabaja para ti.

La segunda es dejar claro qué implica en realidad esto del respeto al jefe o empresario.

Porque muchos confunden el que se les deba hacer caso en cualquier cosa que mandan, con el ser respetados.

 

Y es que, que un empleado haga caso, o no, de lo que tú quieras imponer, parte de 2 posibles premisas:

Te tienen miedo, y acatan cualquier cosa que les pidas para evitar que los despidas y se queden sin el sustento que llevan a casa cada mes.

Confían en ti, y no se plantean nunca, o casi nunca, cuestionar cualquier instrucción que les das.

Que esta es, sin ninguna duda, la postura que deberías buscar siempre y por la que te tienes que esforzar en tu día a día.

Y no sólo por una cuestión egoísta para que tu empresa obtenga mejores resultados.

Sino porque así tú podrás estar más orgulloso de los logros que consigas, y tus empleados también estarán más felices y tranquilos.

Al final, la gran diferencia entre unos y los otros, está en que los primeros puedes estar seguro que acabarán marchándose o revelándose, dándote mil quebraderos de cabeza y un coste económico que podrías evitar.

Y los segundos estarán ahí para que cuentes con ellos, aunque la batalla en la que los quieras meter la vean perdida desde el principio.

 

Ser querido vs ser respetado

También es importante resaltar la diferencia que existe entre que seas querido y que seas respetado.

Porque el que tú seas un tipo genial, amable, divertido, comprensivo, o cualquier otro calificativo que te pongas y por el que la gente te quiera, y quiera estar a tu lado, no implica que vayan a confiar en ti para que los lideres, cuando lo que está en juego es el dinero o su futuro profesional.

Además, debes ser consciente de que por el hecho de que seas el dueño de la empresa y les pagues las nóminas, no te habilita para ser respetado.

Porque sí, tus empleados puede que sean buenos trabajando y hagan lo que tienen que hacer, pero a la larga eso poco importa si lo hacen sólo por la nómina que les pagas, y no se sienten seguros y liderados.

Y es que, aunque muchos lo nieguen, la mayoría necesita tener a alguien constantemente detrás que les diga qué es lo que tienen que hacer, y que les marque los límites.

Al menos en lo que se refiere a nivel profesional.

Por lo tanto, eso de pensar que como les estás pagando una buena nómina, deberían pelear por la empresa como si fuera suya, es una utopía.

Porque por mucho que te gustara, los empleados jamás van a dar por la empresa lo mismo que estás dispuesto a dar tú.

Básicamente porque no es suya, y porque, en definitiva, tú tienes el poder de hacer y deshacer, o contratar y despedir a tu antojo, y ellos lo saben. 

Del mismo modo que no es muy acertada la postura de pensar que tus empleados no van a encontrar nunca ningún otro empleo en el que estén tan bien como lo están en el que tú les ofreces.

O que no van a ganar el mismo sueldo que tú les estás pagando.

 

9 claves para hacer que te respeten los empleados

Una vez repasados estos importantes puntos, ahora ya sí empiezo con las claves que seguro que te ayudará a mejorar esa posible situación.

No de falta de respeto, tal y como la conocemos habitualmente, sino de falta de fe en tu liderazgo.

Y que desemboca en una falta de involucración y lucha por tu empresa.

 

1# Respétales tú

El primero de todos, que considero, sin ninguna duda, que es la base de todos los demás, es el de que antes de pretender que otros te respeten a ti, tú has de mostrarles primero ese respeto.

Porque como ya hemos visto, el hecho de que tú seas el dueño de la empresa y pagues las nóminas, no es motivo suficiente para exigir que te respeten.

 

2# Cumple con lo que prometes

Este es de esos que suelen actuar como semilla para que los empleados dejen de respetar a su jefe.

Y tiene que ver con lo serio que seas a la hora de mantener tu palabra.

O dicho de otro modo, con lo coherente que seas con lo que digas y, sobre todo, con la capacidad que tengas para mantener lo que prometes.

Que esto es especialmente peligroso si estás en los principios de tu emprendimiento.

Porque es cuando la falta de experiencia o de conocimientos para dirigir tu empresa hace que vayas dando tumbos de un lado para otro.

Provocando una gran inseguridad en tu personal.

Pues aunque cumplas fielmente con la fecha de pago de sus nóminas, puede que piensen que ese comportamiento hará que la seriedad en el pago se acabe pronto.

Y se montan unas películas espectaculares en sus cabezas, que acaban por mermar su rendimiento.

Además, si los compromisos que adquieres tienen que ver con el dinero, como cuando dices que les vas a dar un aumento de sueldo.

O con las condiciones laborales, como cuando propones que vas a ascender a alguien, pero ese ascenso no llega nunca, pues esto cobra especial importancia.

Ten en cuenta, que aunque tu falta de palabra haya sido para con un sólo empleado, estate seguro de que al final se van a enterar todos.

Porque la rabia por sentirse engañado hará que lo vaya aireando sin mirar a quién.

Y aunque tu caso haya sido por un error de cálculo, o incluso que no haya sido culpa tuya, la imagen que darás es que no se puede confiar en ti.

Así que ten cuidado con lo que prometes.

Y si al final lo haces, cumple con ello aunque te hayas equivocado.

Porque es preferible arreglarlo un poco más adelante, que dar la imagen de que no cumples con tu palabra.

 

3# Demuestra que de verdad te importa tu empresa

Otra cosa que aunque te parezca un absurdo que lo diga, créeme que no lo es tanto, es que tienes que demostrar constantemente un verdadero interés por tu empresa, y por su futuro.

Y no sólo con palabras, sino también con hechos.

Porque a muchos empresarios se les llena la boca de tanto decir lo importante que es su empresa para ellos, y cuánto quieren que esta tenga éxito.

Pero sin embargo, sus actos no reflejan el mismo entusiasmo que sus palabras.

Y no me refiero a eso de que seas el primero en llegar a la oficina y el último en marcharte.

Porque entre otras cosas, aunque eso a priori pueda dar imagen de tu compromiso, la realidad es que no lo demuestra tanto. 

E incluso en algunas circunstancias, puede llegar a parecer todo lo contrario.

Pues puede que algunos se lo tomen como que eres un desconfiado, o que no sabes delegar.

Además, desde mi punto de vista, si tu caso particular es que tu empresa no está logrando aquello que quieres, sí que deberías echar los restos, e incluso vivir en la empresa si hace falta. 

Pero una vez que lo tengas encaminado, no es ni obligatorio, ni necesario, que seas el primero en llegar y el último en marcharte.

Porque supongo que habrás montado tu empresa para vivir un estilo de vida mejor que el que tendrías con un empleo por cuenta ajena.

Y no creo que tu ideal de vivir mejor sea trabajar 12 o 14 horas diarias.

Aunque insisto en que esto ha de ocurrir una vez que la empresa empieza a rular de un modo más o menos correcto.

Porque no puedes pretender que si la empresa no marcha del todo bien, los empleados te respeten si llegas a las 11h, cuando la empresa abre a las 8h.

Y no vale la excusa de que tú seas de los que prefiere llegar tarde y después quedarse hasta las tantas.

Porque los empleados no ven si te quedas o no.

Así que actúa en consecuencia con el momento que vives.

Y ya te llegará el momento de entrar y salir a tu discreción sin tener que dar explicaciones, ni sentirte mal por lo que puedan pensar.

Porque ya te digo yo, que un empleado no te va a respetar más porque trabajes más horas que nadie.

 

4# Escucha a tus empleados

Algo que muchos empresarios se olvidan de hacer, o ni siquiera se saben que debieran hacerlo, es escuchar a sus empleados.

Y es que, si no lo haces, será muy difícil, por no decir imposible, que conozcas cuáles son sus circunstancias personales y cómo se sienten contigo y con la empresa.

Que no es una cuestión de que debas actuar como una mamá, o hacer de psicólogo. 

Pero sí has de recordar que, en realidad, tus verdaderos clientes son tus empleados y no los que pagan tus servicios.

Y, por lo tanto, el único modo de poder darles lo que quieren y tenerlos contentos y motivados, es conocerlos al máximo.

Porque así podrás actuar en consecuencia y cubrir sus necesidades.

Y esto no quiere decir que no puedas tomar decisiones sin tener en cuenta lo que éstos sienten, ni mucho menos. 

Pero sí, que si los escuchas, seguramente dispondrás de datos e informaciones que podrían ser vitales para tomar determinadas decisiones estratégicas.

Entre otras cosas, porque son ellos los que habitualmente tratan con los clientes que sí pagan los servicios.

Y, por lo tanto, son los que mejor te pueden informar de qué está pasando fuera de tu despacho.

Así que empieza desde ya a agendar reuniones periódicas con cada uno de tus empleados, y escúchales atentamente.

Hazlas como quieras, formales en tu despacho, o informales tomando un café o comiendo un menú.

Da igual, tú sabrás cómo te sientes mejor.

Pero es importante que no caigas en el error de utilizar esas reuniones para desahogarte tú contándoles tus problemas.

Ni por supuesto, despotricando de otros empleados, porque de lo que se trata es de escucharlos a ellos.

Así que hazte una lista de preguntas que quieras hacerles, y como quien no quiere la cosa, déjales que se explayen y que sean ellos los que se desahoguen.

Porque te aseguro que te sorprenderás de lo que pasa por la mente de los que te rodean.

Y de la cantidad de cosas que imaginan o saben hacer y de las que tú no tenías ni idea.

 

5# Confía en ellos

Otra cosa que hará que aumente el respeto que sientan tus empleados por ti, es que no sólo confíes en ellos, sino que, además, se lo demuestres.

Y una de las mejores formas de demostrárselo es delegándoles tareas importantes, o poniéndolos a cargo de proyectos, departamentos, o lo que sea.

Aquí la cuestión es que sientan que son importantes para ti.

Y esto no quiere decir que debas delegar a ojos ciegos sólo para demostrar que confías en ellos.

Sino que, por el contrario, has de hacerlo de forma inteligente para que además de demostrar esta confianza, obtengas los resultados que esperas.

Y si no estuvieran capacitados para delegarles, haz lo posible por formarlos, porque eso también hará que se sientan valorados.

Entre otras cosas, porque una de las razones por las que un empleado quiera quedarse en una empresa, es la posibilidad de desarrollarse y crecer que tenga.

Y qué mejor modo de hacerlo que formándolo y darle la oportunidad de asumir mayores responsabilidades.

 

6# Premia en público y corrige en privado

Otra cosa que no deberías pasar por alto si lo que quieres es que te respeten tus empleados, es premiarles cuando se lo merecen.

Y si lo haces en público, mejor que mejor.

Pero si premiarles en público es importante, la parte contraria, esa de llamarles la atención o corregirles, tienes que hacerla en la más completa intimidad.

Y en ningún caso, delante de sus compañeros o de los clientes, por muy enrrabietado que puedas estar.

En estos casos es preferible que esperes a un momento en que estéis solos, o te lo lleves aparte y hables con él o con ella.

Sé empático y ponte en su piel para entender por qué ha hecho lo que haya hecho.

Y a la hora de recriminarle lo que sea, hazlo de la forma más constructiva que puedas.

Porque lo que ellos quieren es un líder que les ayude a mejorar y no un superior que les machaque o los critique.

 

7# Sé justo

Con relación a esto de premiar o castigar, también hay algo muy a tener en cuenta a la hora de ganarte el respeto de tus equipos.

Y es la capacidad que tengas para ser justo y evitar los favoritismos.

Porque aunque seguro que dentro de tus filas tienes algún favorito, no es cuestión de que lo demuestres abiertamente.

Entre otras cosas, porque el mayor problema de los favoritos, es que no siempre son los mejores de la empresa.

Sino que seguramente son favoritos porque son los que llevan más tiempo contigo y mejor conoces.

O también, porque tienen mayor habilidad para acercarse a ti y decirte lo que quieres escuchar.

Así que aprende cuanto antes a vivir con la soledad del empresario, que absolutamente todos los empresarios la padecemos y no te dejes llevar por los cantos de sirena.

Y cuando tengas que dar un premio, o castigar a algún empleado, hazlo analizando fríamente las circunstancias y la persona en cuestión.

Para hacerlo de la manera más coherente y que más beneficie a la empresa y a los que forman parte de ella.

 

8# Sé cercano

Ser cercado es otro tip deberías esforzarte, y mucho, por cumplir, pero siempre en su justa medida.

O sea, que no caígas en el error de tratar a tus empleados como si fueran tus colegas.

Pero tampoco llegues el extremo contrario de convertirte en un ser frío e inaccesible.

Aquí de lo que se trata es de que actúes como una persona normal, siendo honesto y hablando claro. 

Y si se da el caso de tener que reconocer que te has equivocado, pues hazlo y ya está, porque eso te humaniza.

Pero sí has de evitar con todas tus fuerzas los excesos de confianza.

Porque lo tuyo es una empresa y no una colla de amigos.

Y a la larga es más probable que los excesos te dieran más problemas que beneficios, especialmente si has de tomar decisiones desagradables.

Porque eso te puede condicionar y perjudicarte a ti, o a cualquiera de tus empleados, más de la cuenta.

 

9# Muéstrate siempre seguro

El último de los consejos tiene que ver con mostrar imagen de seguridad, aunque por dentro vivas en una inseguridad constante.

Y es que no hay nada que provoque más miedo e incertidumbre a un empleado, que notar que su líder está inseguro ante determinadas situaciones.

Porque no te olvides que la nómina y la estabilidad de tu personal depende en gran medida del éxito que tú obtengas.

Y si te notan inseguro o titubeante, puedes estar seguro que si siguen contigo, lo harán porque necesitan cobrar ese sueldo a final de mes.

Pero de ahí a que confíen en ti y te respeten como líder hay un mundo.

¿O acaso tú estarías tranquilo si fueras en un avión cuyo piloto se muestra inseguro a la hora de gestionar los mandos del aparato?

Yo al menos no, y por lo tanto, jamás se lo podrías llegar a tener en cuenta a ninguno de tus empleados.

Y no confundas lo de mostrarte seguro y confiado, con lo de equivocarte y reconocerlo que te he comentado en el punto anterior, porque no es lo mismo.

Porque si te equivocas y lo reconoces, estás admitiendo que eres humano y que también puedes equivocarte.

Especialmente si la decisión la tomaste con aplomo.

Pero si tomas la decisión con una falta evidente de seguridad, como probando a ver qué pasa, da igual cuanto te arrepientas de haber fallado.

Porque tus empleados no te verán con los mismos ojos, y pensarán cosas del estilo de “ya sabía yo que te iba a pasar esto”.

Así que intenta por todos los medios hacer pensar a tu gente que estás convencido del camino que estás eligiendo, aunque en tu interior seas un mar de dudas.

Porque eso hará que aunque te equivoques, ellos sigan creyendo en ti.

 

Conclusión

Básicamente ya está, porque aunque podría seguir añadiendo cosas a esta lista, como por ejemplo que seas siempre amable, que seas positivo y le busques siempre el lado bueno a cualquier situación.

O que cuides tu imagen y la mantengas acorde a donde estás.

Porque básicamente eres el representante de la empresa y tus empleados han de sentirse orgullosos de quien los representa.

En realidad pienso que con esto es más que suficiente para que empieces a sembrar la semilla del respeto, o para que refuerces el que ya te tengan.

Y no te preocupes en demasía porque te esté costando más de la cuenta y lo veas súper complicado.

Porque al final, la verdad es que liderar equipos y conseguir que tu empresa alcance el éxito no es fácil.

Pero eso no quita que no se pueda lograr con formación y con la experiencia que te da el día a día.

Así que ponte manos a la obra y lucha por lo que quieres.

 

Hasta la próxima.

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