Por qué no se cumplen los objetivos y cómo hacerlo para que se cumplan

A estas alturas del año ya deberías tener marcados tus objetivos, pero si aún no lo has hecho, quizá sea porque…o bien te has olvidado, o no sabes hacerlo o, bien te pasa como a una gran mayoría de pequeños empresarios y emprendedores, que por mucho que te marques objetivos no consigues que estos se cumplan y, además, no tienes muy claro el por qué.

Así que probablemente optes por ni siquiera marcarlos, o sí hacerlo, pero sin mucha confianza en obtener resultados positivos.

En cualquier caso y sea cual sea la razón por la que no los has marcado, o incluso si sí te los has marcado pero no estás seguro de haberlo hecho correctamente, si sigues leyendo descubrirás porqué no se cumplen los objetivos que no se cumplen y qué pasos tienes que dar para conseguirlos.

 

Por qué marcarte objetivos

Probablemente pienses que marcar objetivos está sobrevalorado, porque por mucho que te esfuerzas en cumplir las indicaciones que algún día te dieron para marcarlos, no consigues que estos se cumplan.

Y el problema no es tanto que no se cumplan, si no que no eres capaz de determinar por qué, y por lo tanto, no puedes modificar el método y solucionarlo.

Porque, no hay duda de que marcarte objetivos es imprescindible para que puedas conseguir el éxito, tanto a nivel personal como profesional, pues es lo que te da el mapa de ruta y la línea de trabajo que tienes que seguir.

Sin embargo, los malos resultados que hayas podido obtener cada vez que te los has marcado, quizá haga que optes por marcarte objetivos a principio de año, pero solo porque te han dicho que hay que hacerlo, pero no porque pienses que los vayas a conseguir.

Y esto hace que, aunque al principio del año sí estés muy motivado con la posibilidad de lograrlos, al cabo de los 2 o 3 primeros meses, en el mejor de los casos, ya no les haces ningún caso y empiezas a ir como pollo sin cabeza a través de los meses, confiando en acabar el año con un resultado al menos un poco mejor que al principio, o incluso conformándote con no empeorar.

La cuestión es que, por regla general, que no se cumplan los objetivos que te marcas está relacionado directamente contigo y con cómo te los hayas planteado.

Y como al final es igual de importante conseguir los objetivos como saber por qué no se cumplen aquellos que no se cumplen, voy a decirte cuáles son las principales causas que hacen que los objetivos que te marcas no funcionen.

 

Por qué no se cumplen los objetivos

Y el principal motivo, aunque pueda parecerte sorprendente, es que no consigues aquello que te propones, básicamente porque no lo deseas con las suficientes ganas.

Que esto no quiere decir que no te gustaría lograr aquello que te marcas, pero en realidad, si no lo consigues, tampoco va a pasar nada grave. Y ahí es donde empieza el primero de los problemas.

Y te voy a poner un ejemplo para que lo entiendas mejor.

Imagina que te marcas como objetivo económico para este año, el de aumentar la facturación de tu empresa en un 20%. Lo que pasa es que, en realidad, has marcado un 20%, como podrías haber marcado un 50%. Porque al fin y al cabo no tienes un motivo poderoso para que sea un 20% y lo que de verdad te importa, es mejorar los resultados con respecto al periodo anterior, conformándote incluso con un 5%.

El problema aquí, es que al no tener ese motivo que te empuje a lograrlo, hace que actúes de una manera poco ambiciosa y conformista, no creando las acciones concretas y necesarias, ni esforzándote lo suficiente, corriendo un alto riesgo incluso, de ni siquiera lograr aumentar la facturación.

Otra cosa sería que necesitases adquirir nueva maquinaria o contratar más personal, y que para ello precisases aumentar el 20%, lo cual sí te daría un motivo de peso para lograrlo.

Quizá con otro ejemplo lo veas más nítido…

Imagina que quieres adelgazar 10kgs. Así que te apuntas al gimnasio y te propones empezar a comer más sano, evitando dulces y comida rápida.

Pero al cabo de unas semanas, ir al gimnasio da pereza. Siempre hay algún motivo que te permite tener una excusa para no hacerlo.

Y, además, desde que estás a dieta parece que el universo se haya confabulado para que no pares de tener compromisos sociales en los que hay comida por todos lados, pero raramente sana.

Y, por lo tanto, cuando te pesas, probablemente ves que no solo no has adelgazado, si no que encima has engordado. Por lo que, al cabo de unas semanas abandonas.

Pero abandonas porque en realidad no tienes un motivo suficientemente poderoso para adelgazar esos kilos que te sobran. De hecho, incluso casi que te da igual. Porque, sí que te gustaría verte más esbelto, pero al fin y al cabo, tampoco estás tan mal.

Sin embargo, ahora imagina ese mismo objetivo, pero que quien se lo marca es una chica a la que le faltan unos meses para casarse. Pues bien, esa novia sería capaz de dejar de comer literalmente, si a cambio de ello pudiera ponerse un vestido 2 tallas menor.

Y eso es porque tiene un motivo muy poderoso para hacerlo, que es estar lo más guapa que le sea posible en el día de su boda, en el que será el centro de atención de un montón de gente. Por lo que podemos estar seguros de que no va a haber nada en el mundo que le impida conseguir lo que se ha propuesto.

Pero otra cosa que te impide lograrlos, es que, por regla general los sueles marcar muy por encima de lo que en realidad podrías conseguir en circunstancias normales.

Y esto es porque, cuando te pones a marcar los objetivos, no te has parado antes a analizar fríamente cuál es el esfuerzo real que te va a implicar conseguirlos. Sobre todo cuando el resultado tiene que ver con temas económicos, donde solemos pecar todos de exceso de optimismo.

Y cuando te das cuenta que te equivocaste y que te resultará muy difícil, por no decir imposible, conseguirlos, directamente los abandonas y esperas hasta el año siguiente para volver a marcarlos.

Aunque perfectamente podrías replantearlos a una circunstancia más realista y seguir luchando por ellos.

Y por último, otro de los motivos que hacen que no se cumplan tus objetivos, es que no has creado un plan detallado que los soporte.

Y es que, entre la pereza que da crearlo y el exceso de optimismo del que te hablaba antes, hace que caigas en el error de crear un plan básico del estilo: “para aumentar la facturación este año voy a vender más”, creyendo que con eso será suficiente. 

Sin embargo, ese tipo de planes básicos no suelen servir, porque…qué significa vender más? 

¿Es hacer más visitas a clientes?, ¿Es contratar más personal comercial?, ¿Es aumentar los pedidos de los clientes?, ¿Es todo eso a la vez?

La cuestión es que es imprescindible determinar concretamente qué acciones has de realizar para lograr aquello que quieres, porque si no, no hay plan que funcione.

Y, a todo esto hay que sumar que, habitualmente, marcas los objetivos a largo plazo, pero no te marcas los hitos intermedios -en formato de sub-objetivos- que has de conseguir para alcanzar el objetivo final.

Por lo que, al verlos tan lejanos, piensas que ya te pondrás a ello más adelante, pues crees que tienes tiempo de sobra. Solo que, cuando al final decides ponerte a ello, ya se te ha echado la fecha encima y no puedes hacer nada.

Seguramente podría seguir enumerando motivos por los que no se cumplen los objetivos que te marcas, pero creo que ya te haces una idea de lo que pasa.

Así que creo que es más interesante que nos pongamos con lo que sí hay que hacer para conseguir que los objetivos se cumplan, ¿no crees?

 

Los 10 pasos para marcar objetivos

La mayoría de la gente, como he comentado más arriba, se centra en redactar el objetivo, pero se olvidan de otra serie de acciones que son imprescindibles para marcarlos. Y yo los divido en 10 pasos necesarios que, además, con todos ellos, podrás dar respuesta a las 3 preguntas básicas que has de responder para marcar un objetivo y que son:

  • QUÉ quieres,
  • POR QUÉ lo quieres
  • CÓMO vas a conseguirlo. 

Y ahora vamos con los 10 pasos:

 

Paso 1: 

El primer paso es el de analizar cuál es tu situación en el momento en que te marcas el objetivo y para ese objetivo en concreto. Porque si no lo tienes claro, difícilmente vas a poder ser todo lo específico que es necesario, ni tampoco vas a poder medir los resultados.

 

Paso 2: 

El segundo paso, es el de poner por escrito qué es lo que quieres conseguir, pero redactándolo de una forma concreta. Para lo que yo te recomiendo que utilices el método SMART que, como bien sabrás, es un acrónimo inglés que significa “inteligente” y en el que cada una de sus iniciales corresponde a una característica esencial que tiene que tener todo objetivo para su éxito. 

  • Siendo la S de específico, por el que debes indicar lo más exactamente que puedas qué es lo que quieres conseguir, evitando redacciones del estilo: “quiero facturar más”, o “quiero adelgazar”. Y usando redacciones más concretas del estilo “voy a facturar un 20% más que el año anterior”, o “voy a adelgazar 10kgs.”
  • La M corresponde a que los objetivos deben ser medibles, para que podamos medirlos y comprobar si estamos cumpliendo con ellos o detectar desviaciones.
  • La A corresponde a que tienen que ser alcanzables, debiendo ser posible lograrlos dentro de tu realidad, pues de no ser así, no te motivarán y por lo tanto, no te esforzarás lo suficiente.
  • La R implica que han de ser realistas y humanamente posibles de alcanzar.
  • Y la T, que han de estar acotados en el tiempo, debiendo tener una fecha límite para su cumplimiento.

 

Paso 3: 

El tercer paso es en el que te preguntas por qué lo quieres conseguir y listas las razones poderosas por las que quieres conseguir ese objetivo en concreto.

 

Paso 4: 

En el cuarto paso, has de determinar qué pasará cuando logres el objetivo, pero también, qué pasaría si no lo lograses. Pues estas razones te darán un extra de motivación, tanto para conseguirlo, como para evitar lo que pasaría si no lo consiguieses.

 

Paso 5: 

En el quinto paso, has de dividir el objetivo final, si te lo has marcado a un año, en sub-objetivos trimestrales, indicando qué habrás de conseguir cada trimestre para alcanzar el objetivo final.

 

Paso 6: 

En el sexto paso ya empiezas con la planificación más a corto plazo y, centrándote exclusivamente en el primer trimestre, olvidando todo lo demás, habrás de hacer una lista lo más completa que puedas de cuáles son los hitos principales que habrás de cumplir para lograr el objetivo de ese trimestre.

 

Paso 7: 

En el séptimo paso, harás una lista de los sub-objetivos que tienes que alcanzar en cada uno de los 3 primeros meses.

 

Paso 8: 

El octavo paso es para hacer un plan lo más detallado que puedas de todas las tareas específicas que tendrás que hacer durante el primer mes para lograr el objetivo de ese mes.

Y, a continuación las ordenas por prioridad o plazo de tiempo y las incorporas a tu sistema de organización, dividiéndolas por semanas y días. Centrándote a partir de ese momento únicamente en ese mes y olvidándote de todo lo demás.

Y te tienes que olvidar de todo lo demás, por 2 razones principalmente. La primera es que no tiene sentido que estés pendiente mucho más allá del mes en el que estás, porque las circunstancias pueden cambiar de un día para otro, y si planificaras detalladamente a medio o largo plazo, probablemente perderías el tiempo.

Y la segunda, es porque es más fácil trabajar y enfocarte en un objetivo a muy corto plazo, porque, además, si vas cumpliendo mes a mes con lo que tú mismo te hayas marcado, al final lograrás el objetivo final casi sin darte cuenta.

 

Paso 9: 

El noveno paso es para que crees un sistema de seguimiento de los objetivos para que puedas ir midiendo periódicamente los avances y así puedas hacer variaciones de ser necesario.

El sistema de seguimiento puede ser, desde una hoja de excel hasta un checklist básico en una libreta. Pero es muy importante que tengas un método de control de los avances, pues te dirá en qué estás acertando, dándote un extra de motivación, pero también te dirá en qué estás fallando para que puedas solucionarlo.

 

Paso 10: 

Y por último, el décimo paso es para que te crees los recordatorios semanales, mensuales y trimestrales para recordarte que tienes que analizar los resultados y también para planificar los periodos restantes.

Además de estos 10 pasos, es muy importante que todo lo tengas por escrito y cerca de ti para que puedas acceder a ello de una manera fácil y rápida. Siendo indiferente que lo hagas en una libreta, en un archivo en tu ordenador, o en unos folios dentro de una carpeta. Aquí lo importante es que lo tengas plasmado por escrito.

 

Conclusiones

Como última reflexión para ir finalizando, es que tienes que asumir que uno de tus trabajos más importantes como empresario es el de planificar y medir resultados, para lo que tendrás que dedicar el tiempo necesario para hacerlo.

Pues no es lo mismo salir a la calle cada día a verlas venir, que salir con un plan previamente definido. Porque las circunstancias pueden cambiar de un momento a otro muy fácilmente, y no es lo mismo estar preparado para adelantarte y hacerlas frente más fácilmente, que ser sorprendido y vacilar.

Al final es una cuestión de que decidas si quieres ser tú quien tenga el control de tu empresa, o de que sea tu empresa la que tenga el control sobre ti.

Y esto es todo por hoy que, como ves, no es tan simple como poner lo que quieres por escrito, pero tampoco es tan complicado como para no hacerlo e ir a la deriva.

Sólo es cuestión de que hagas tu trabajo y tomes la decisión de planificar y crear lo necesario para avanzar.

 

Hasta la próxima.

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