El EBITDA es un ratio financiero, que muy en contra de lo que creen la mayoría de los pequeños empresarios emprendedores, no es sólo exclusivo de las grandes empresas y multinacionales.
Sino que, por el contrario, para tu empresa, por muy pequeña que sea, también te puede venir muy bien medirlo.
Así que, si quieres saber qué es exactamente y para qué sirve, sigue leyendo, porque te lo explico de manera sencilla.
El EBITDA no es sólo para grandes empresas
Cuando eres empresario y diriges una empresa, lo normal es pasarte la vida tomando decisiones para dirigir el negocio hacia uno u otro lado.
Pero cuando estas decisiones tienen que ver con la parte financiera, a veces se hace un pelín más complicado.
Porque hay tantos ratios de los que puedes echar mano, que casi abruma.
Y lo malo no es que haya muchos ratios -que eso incluso puede llegar a ser una bendición-.
Lo malo es que no siempre sabemos qué son cada uno y para qué sirven.
Y esta falta de conocimiento puede hacer que, además de que te equivoques a la hora de tomar una decisión.
Que dediques más tiempo del necesario, con la escasez que seguramente tienes de él.
Y uno de estos ratios que seguramente más te suenen, porque lo hayas escuchado en las noticias, o porque lo hayas leído en algún titular de un medio financiero, es el EBITDA.
Que debido a que parece que siempre se refieren a grandísimas empresas, puede que pienses que eso no va contigo, y que tu pequeña PYME no lo necesita.
O, que si lo llegas a necesitar, ya se encargará tu asesor de contarte lo que haga falta.
Pero como el saber no ocupa lugar, y tú, además, necesitas entender fácilmente lo que te cuente tu asesor.
Te voy a explicar hoy de una manera fácil y llana, qué es el EBITDA, para qué sirve, y cómo se calcula.
Por si gracias a eso pudiera ayudarte a tomar alguna decisión más ágilmente.
Qué es el EBITDA
Así pues, empezamos con el significado de EBITDA, que es un acrónimo inglés, cuya traducción viene a ser: Beneficio antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización.
Y si eres como la mayoría de los pequeños empresarios y tu formación financiera es la justa, sólo con escuchar esto ya te puede parecer que es un soberano rollo y que, desde luego, no va contigo.
Porque si tu empresa está ganando dinero, ¿para qué quieres saber esto?.
Y si no lo está ganando, seguro que poco puede hacer.
Pero la cuestión es que todo lo pomposo que es este título, en realidad sólo sirve para asustar un poco.
Porque si lo dijeran para nóveles, seguro que ya no lo verías como que no va contigo.
Pues, al final, el EBITDA no es más que un indicador de si tu empresa es rentable o no.
Aunque mostrándolo desde el punto de vista puramente operativo, y sin considerar los intereses de las deudas que tuvieras, las amortizaciones de las inversiones que hubieras realizado, las depreciaciones por el deterioro, y los impuestos.
Es decir, que te dice si tu negocio gana o pierde dinero, pero teniendo en cuenta sólo la propia actividad del negocio.
Que al fin y al cabo es el centro de todo, y es lo que hace que tu negocio funcione y se mueva.
Porque si esto no va, da igual cómo sea todo lo demás, porque desde luego, tampoco irá.
Cómo se calcula el EBITDA
En cuanto a cómo se calcula el EBITDA, la verdad es que es muy simple.
Y consiste en que a la facturación bruta de tu empresa, que imaginemos que son 100.000€, le restes los costes fijos, supongamos 30.000€, y los gastos variables, que supongamos que son otros 40.000€.
Después, a este resultado, le sumes las amortizaciones y las depreciaciones, que son datos que te pueden pasar desde tu asesoría y que supongamos que fueran 10.000€.
Así, de una manera tan fácil, obtendrías el EBITDA de tu empresa.
Y si el resultado final que te da es positivo, pues en principio tu empresa es rentable.
Aunque también es verdad que sólo en teoría, pues será la gestión que hagas de la empresa, la que realmente determinará su viabilidad.
No confundas el EBITDA con los márgenes de tu empresa
Ahora bien, esto no tienes que confundirlo con el margen bruto de tu empresa, ni tampoco con el beneficio neto.
Porque son cosas distintas y los resultados también son distintos.
Ya que el margen bruto, es el beneficio que obtiene tu empresa por la venta de un producto o servicio, sin contar el IVA y tras restarle el coste del propio producto o servicio.
Es decir, que para obtener este dato, debes restar al precio de venta, la suma de los costes directos de esa venta, tanto fijos como variables.
Y el beneficio neto, es el resultado de restar al beneficio bruto, es decir, al resultado del cálculo anterior, los impuestos, los intereses, las amortizaciones, y el resto de gastos generales de la empresa.
Que, a diferencia con el EBITDA, éste no recoge todos los aspectos del negocio y, por eso, el resultado final puede que quede un poco abultado.
De manera que no te sirve como base para conocer el resultado general de la empresa.
Sino que, como te he dicho, sólo es para saber si el tipo de negocio que desempeña es rentable.
¿De verdad te puede servir para algo el EBITDA?
Es posible que te preguntes que, si el EBITDA por sí solo no es suficiente para determinar completamente si la empresa es rentable o no.
Y se tiene que evaluar junto con otros indicadores, ¿para qué sirve de verdad?
Pero lo cierto es que sirve para muchas cosas, y principalmente para 3:
- Porque te da una imagen clara de si el tipo de negocio es rentable de verdad, sin tener en cuenta de si para ejercerlo has tenido que hacer una enorme inversión o no. Es decir, que básicamente muestra si el motor de la empresa funciona, más allá de cómo se financie.
- También te sirve para comparar a nivel operativo la rentabilidad de tu empresa con otras de tu mismo sector
- Y para tener una primera y fácil aproximación del valor que tiene tu negocio
Conclusiones
En cuanto a este ratio financiero ya no hay mucho más que saber, al menos no, a nivel de una pequeña empresa.
Y aunque tampoco es que lo utilices cada día, no está de más que lo conozcas para que te ayude en determinadas situaciones.
Porque entre otras cosas, y sin tener en cuenta las circunstancias, te aporta el saber si el corazón de tu empresa tiene posibilidades reales de sobrevivir.
Así que espero que lo que te he contado te sirva para algo, y si es así, me alegraré mucho.
Hasta la próxima.