Errores a evitar en tu empresa

Es evidente que el éxito o el fracaso de una empresa lo pueden determinar muchas cosas. Pero lo habitual es que siempre se tropiece en las mismas piedras. 

Sin embargo, muchas veces se tropieza una y otra vez con las mismas piedras, simplemente porque no se sabe que son piedras.

Así que hoy voy a contarte cuáles son algunas de estas piedras que tienes que evitar a toda costa si quieres tener éxito para que, si tropiezas con ellas, al menos sepas que estaban ahí.

 

 

Por qué no funciona tu empresa

Existen básicamente 2 formas de tener posibilidades de que tu empresa funcione y tengas éxito…

  1. Una es a base del tiempo y los golpes que te dan la experiencia.
  2. Y la otra es aprovechándote de las experiencias que han vivido otros y que se suele conseguir cuando contratas un mentor y te formas. (Aunque este último método tampoco te va a librar al 100% de todos los tropiezos)

En mi caso, yo soy de los que ha aprendido a base de dolorosos tropiezos. Porque cuando me convertí en empresario, hace ya más de 25 años, el concepto de mentor no estaba tan extendido como lo está hoy, por lo que no me quedó más remedio que hacerlo a base de prueba-error.

Sin embargo, gracias a esos tropiezos hoy puedo ayudarte a ti a que puedas evitar algunos de los errores que más habitualmente se cometen y que no permiten que tu empresa pueda avanzar.

Porque si eres como la mayoría, seguramente ya lleves un tiempo con tu empresa y, sin embargo, no estás consiguiendo que esta te aporte los resultados que esperabas cuando la abriste.

O sí te los está dando, pero a base de sufrir mucho. Cuando la lógica dice que, si eres empresario es para poder vivir un estilo de vida como mínimo, algo mejor que el que vivías cuando eras empleado.

Pero no me voy a enrollar más y voy a contarte ya algunos de esos errores que te estoy comentando.

 

Los errores más habituales que se cometen en las empresas

No tener claro lo que se vende

Y el primero de ellos y más que habitual en la mayoría de las pequeñas empresas, es que no se tiene claro qué es lo que se vende. Y es que se suele confundir el producto o el servicio que se comercializa, con lo que en realidad estás vendiendo y que no es más que una solución a una necesidad concreta de un cliente.

Porque, que tú vendas pintura no significa que lo que los clientes quieran comprarte sea pintura. Porque lo que en verdad ellos tienen, es la necesidad de pintar algo, no la de adquirir pintura.

O, dicho de otra manera, lo que quieren es sentirse mejor allí donde hayan de permanecer y les gustaría conseguirlo gracias, entre otras cosas, a tener las paredes pintadas de determinada manera.

 

No tener un cliente objetivo bien definido

La cuestión es que esta falta de claridad en esto que te acabo de contar, hace que se cometa otra de las equivocaciones más comunes, y es la de no enfocarte en ningún tipo de cliente en concreto.

Porque la idea de que tu cliente es cualquiera que pase por la calle o tenga el dinero suficiente para pagarte es un error. Porque, siguiendo con el mismo ejemplo, estarás conmigo en que las necesidades de un particular no son las mismas que las de un profesional de la pintura.

 

Depender de 1 o 2 clientes estrella

Al respecto de los clientes, también tienes que huir como del agua hirviendo, de la idea de tener un único gran cliente, o cliente estrella.

Porque, aunque sí es verdad que te facturará mucho a cambio de menor esfuerzo comercial, también es cierto que el riesgo que corres es demasiado alto, si algún día decide cambiar de proveedor o cerrar.

Este es un error que es muy difícil de solucionar, porque cuando se te pone delante un gran cliente, lo único que piensas es en el montón de dinero que vas a facturar, y ni se te ocurre pensar, o si lo haces es muy fugaz, que esto pueda ser arriesgado. Y entonces preparas y enfocas tu empresa a esta situación que cada vez te absorbe más y te hace tener menor control de tu empresa, dándoselo casi totalmente a este gran cliente.

 

No tener una sólida propuesta diferenciadora

Otro error muy común es el de no tener una propuesta que te diferencie de la competencia, lo cual hace que cuando sales al mercado a competir, estés obligado casi al 100% a tener que hacer grandes descuentos y competir por precio.

Y es que, al no tener argumentos de peso que le puedas presentar a los clientes que visitas y que les hagan decantarse por tu propuesta en lugar de por los de la competencia, la única opción a la que puedes optar es a la de tener que hacer descuentos si quieres que te tengan en cuenta.

Y lo arriesgado de este tema es que, no solo tienes menor margen, si no que, además, siempre podrá venir otro que venda más barato y no tendrás argumentos para retenerlos.

 

No tener una estrategia para el crecimiento del negocio

Y esto es provocado por el siguiente error del que te voy a hablar, que es el de no tener una estrategia de crecimiento para tu empresa, ni tampoco un plan comercial estable y predecible. Limitándote así a abrir la puerta de tu negocio por la mañana, pero sin un porqué que no vaya más allá que el de simplemente facturar para poder pagar las facturas.

Aunque muchos no lo tienen porque desde el principio pensaron que como tenían un producto muy bueno, este se iba a vender solo. Algo que evidentemente es un desatino, porque está más que demostrado que no vende más quien mejor producto lleve, si no quien más ayude a sus clientes.

 

No saber contratar empleados

Errar a la hora de contratar personal, es otro de los motivos que hace que tu negocio no avance. Porque, sí es verdad que unas veces es porque no se puede pagar a los mejores profesionales, pero por regla general, el mayor problema es que no se sabe contratar personal y nos dejamos llevar solo por la intuición y las prisas que tengamos por cubrir el puesto vacante.

Y esto tiene como habitual desenlace, el tener personal considerado incompetente o falto de motivación. Y no es por una cuestión de que les pagues más o menos, porque los profesionales lo son, les pagues lo que les pagues.

Intenta seguir siempre esa máxima que dice que, a la hora de contratar lo hagas despacio y al despedir lo hagas deprisa.

 

Ya para ir finalizando te voy a hablar de otros 2 errores muy comunes y que también determinan el resultado de tu negocio.

 

No tener objetivos claros y un plan para lograrlos

Uno es el no tener objetivos claros y un plan para cumplirlos. Porque ya te digo yo que el tener el enunciado escrito de lo que quieres conseguir, no es suficiente para que lo consigas. Por lo que tienes que esforzarte y dedicar tiempo a crear un plan lo más detallado que puedas y que diga paso a paso qué tienes que hacer para lograr aquello que te has propuesto.

 

No tener controles que te informen del estado de la empresa

Y el otro error, es no tener paneles de control que te mantengan informado constantemente del estado de tu empresa.

Porque si no sabes cómo está tu empresa a nivel de tesorería, facturación, ventas, facturas pendientes de pago o cobro, etc., el tomar decisiones se hace muy difícil, y cuando las tomes, estarás dejando muchas veces a la suerte el acierto de las mismas.

 

Conclusiones

Y hasta aquí el artículo de hoy, y simplemente decirte antes de despedirme que, una de las decisiones más importantes que puedes tomar ahora mismo, es la de formarte y capacitarte para gestionar tu empresa y así podrás descubrir cómo evitar todos estos errores que te acabo de contar y que son los que hacen que tu empresa no esté marchando como tú quieres.

Aunque siempre puedes optar por la opción de hacer prueba error y aprender de tus propios errores que, aunque es más doloroso y se tarda mucho más, al menos es más barato a corto plazo.

 

Hasta la próxima.

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