Objetivo Negocios Perfectos
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5 errores empresariales que yo cometí y que tú deberías evitar
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Hoy te voy a contar 5 errores empresariales que yo cometí para que tú puedas evitarlos.

Porque si eres empresario, estoy casi seguro de que, o te estás equivocando, o te has equivocado, o te vas a equivocar.

Y si ya te has equivocado, pues nada, eso que te llevas. 

Pero si aún no lo has hecho, o al menos no lo sabes, no puedo más que aconsejarte que continúes leyendo este artículo.

Porque estoy convencido que más de una de las historias que te cuento, te sonarán.

 

 

 

Errores empresariales que deberías evitar

Yo siempre digo que, en los treinta años que llevo como empresario, menos hacerme multimillonario, lo he vivido todo. 

Y si no es todo, pues seguramente sí la inmensa mayoría de las cosas que se pueden vivir como empresario.

Porque las he visto de todas las formas y colores.

He creado hasta cinco empresas en distintos sectores y con distintos tamaños.

Las he iniciado todas desde cero y en una de ellas he llegado a dirigir a más de cien empleados.

Unas las he cerrado por falta de negocio, otras las he vendido por mucho dinero y otras las he quebrado habiéndome arruinado en dos ocasiones.

Y de entre el montón de errores empresariales que he cometido, hoy me ha dado por contarte 5.

Que si bien no son necesariamente los más graves, sí son de los que más habitualmente se repiten por parte de empresarios y emprendedores.

Y te los voy a contar, porque al igual que yo hubiera agradecido tener alguien cerca que me dijera que eso que estaba haciendo, o que iba a hacer, era un error, supongo que a ti también te podría venir bien.

Porque aunque los emprendedores tenemos una facilidad pasmosa para hacer caso omiso a cualquier advertencia que no esté alineado con lo que creemos, al menos que no sea porque nadie te haya avisado.

Así que vamos con ello.

 

Error #1 – Querer hacerlo todo yo

De todos los errores empresariales que he cometido, el que probablemente más dinero me ha costado, es el del síndrome “ya lo hago yo”.

Es decir, ese en el que asumes tareas de cualquier tipo, en lugar de delegarlas.

Y hay 3 motivos principales por los que se cae en este error, y que yo, sin duda, los he cometido todos:

 

Por desconfianza

Porque crees que nadie va a ser capaz de hacer esa tarea mejor que tú y por eso no la delegas.

Lo que pasa es que, mientras tú haces algo que perfectamente podría estar haciendo otro, no te dedicas a lo que sólo puedes hacer tú.

Y, por lo tanto, el avance de la empresa se ralentiza mucho.

 

Por falta de dinero

Porque hace que no te puedas permitir pagar a nadie para que lo haga.

Que si este motivo tienes claro que es temporal y lo asumes tal cual, pues tampoco es demasiado grave.

Pero si no es así, te aseguro que el coste puede llegar a ser elevadísimo.

Y es que, si tú te dedicas a tareas administrativas, cuando un trabajador de esa categoría tiene un coste por hora inferior al tuyo, pues lo que estás haciendo, evidentemente, es perder dinero.

Pero si encima cuentas el tiempo que por estar haciendo esas tareas, no estás dedicándote a lo que sólo tú puedes hacer.

Pues ya te puedes imaginar el impacto económico negativo que puede llegar a tener para ti.

Aunque claro, como esto es algo que no es visualmente evidente, pues no duele tanto.

Pero no por ello deja de ser un error, y si te paras a hacer los cálculos verás que no es ninguna tontería.

 

Por falta de capacitación

Especialmente en aquellas otras funciones que como empresario deberías desempeñar.

Que esto te lleva a pensar que si no haces tú esas tareas, no sabrías a qué dedicarte.

Sobre todo, si tu mentalidad con respecto a lo que son las funciones de un empresario versus las que lo son en realidad está equivocada

La cuestión es que, como te digo, este es probablemente el peor de los errores que he cometido.

Especialmente porque no es tanto una cuestión de equivocarme en mis decisiones, sino de la mentalidad que tenía.

Así que, si te ves en esta situación, empieza desde ya a ver el mundo como un empresario que debe buscar que su empresa trabaje para él y no al revés.

Y toma las medidas necesarias para cambiar lo que sea necesario, porque si no, acabará costándote un dineral como me lo costó a mí.

 

Error #2 – Ubicar el local en el lugar equivocado

Otro de los errores empresariales que cometí y que me hizo bastante daño, es abrir una de mis empresas en una ubicación equivocada.

Sólo porque el local que me ofrecían era bonito y barato.

Que esto se ve constantemente en todas las ciudades, en las encontramos por todos lados negocios que no pegan donde están.

Ya sea porque su cliente objetivo no suele estar en esa zona.

O porque simplemente lo que comercializa sería más inteligente hacerlo desde cualquier otro lugar.

Pues si no tienes claro a qué cliente te diriges, qué propuesta de valor te diferencia, o no tienes el dinero suficiente para plantarte en una ubicación más adecuada al tipo de negocio que regentas.

Es bastante probable que cometas el mismo error yo.

Que abrí una tienda súper bonita en una calle con muchísimo paso de vehículos, pero con muy poco paso de viandantes y una extrema complicación para aparcar.

Y es que a la hora de elegir ubicación, nos encontramos ante el típico que cree que abriendo, por ejemplo, en zona residencial va a ahorrar, en comparación con sus competidores que abren en zonas más adecuadas.

Porque piensan que como ellos son muy buenos, sus clientes les van a ir a buscar allí donde estén.

O esos ingenuos que, al igual que yo pensé, creen que sólo porque el local sea precioso y esté muy bien decorado, los clientes van a hacer cola para comprar, independientemente de dónde esté.

Sin embargo, la verdad es que, a no ser que tu propuesta diferenciadora sea tan potente que a los clientes no les importe buscarte.

Lo más probable es que tengas que acabar cerrando por falta de afluencia de clientes.

Así que, si tú has caído en el error de ubicarte en el lugar equivocado, ya puedes plantearte cambiar, si quieres tener alguna oportunidad.

Aunque también te digo que antes de hacerlo, pruebes algunas tácticas de atracción de clientes.

Por si al final te saliese más rentable según qué acciones de marketing, que todo lo que implica un cambio de dirección.

Yo en mi caso probé, pero ya sea porque erré al elegir las tácticas, o por lo que sea, al final me tuve que cambiar. 

Pero también te digo que conozco casos que han podido sobrevivir bastante bien.

 

Error #3 – Esperar a que vengan los clientes a comprar

Otro error que cometí, y que tiene mucho que ver con el anterior, es el de abrir mi negocio y quedarme allí sentado tras el mostrador.

Esperando a que entrase la gente a comprarme, sin más acción comercial que un bonito cartel en la fachada.

Que eso sí que fue un doloroso baño de realidad.

Porque me las daba de que como lo que vendía era buenísimo, y mi local estaba decorado con mucho gusto, iba a tener cola.

Pero lo que pasa es que los clientes tienen tantísimas opciones idénticas a la tuya.

Que a no ser que tengas una propuesta diferenciadora de verdadero peso y se lo sepas comunicar correctamente.

Si te compran será básicamente porque, o bien están en tu barrio, o bien les pilla de paso cuando se dirigen a algún sitio.

Así que, si tú estás en esta misma situación, ya tardas en plantear un plan comercial acorde al tipo de producto que vendes.

Y también, al tipo de clientes al que te diriges, para poder vender algo, porque de lo contrario, tienes muchos números para acabar cerrando.

 

Error #4 – Creerme más grande de lo que era

Otro de los errores empresariales que me costó muchísimo dinero, fue el creerme más grande de lo que en verdad era.

Porque invertí en cosas que aún no necesitaba, pensando que, como iba a vender mucho y me iría muy bien, lo iba a necesitar.

Y es que, compré los mejores ordenadores que había, cuando sólo necesitaba hacer facturas y alguna que otra hoja de cálculo.

Invertí dinerales en artículos de merchandising para regalar a los clientes, sólo porque si aumentaba el pedido me daban un gran descuento.

La papelería la imprimí en alta calidad, gastándome una pasta, cuando el producto principal que vendía era de gama media.

Y unas cuantas cosas más que simplemente no quiero recordar.

La cuestión es que como empresario debes ser lógico e invertir en tu negocio en función de lo que es realmente.

Porque al final no es cuestión de si tú tienes más o menos dinero para invertir.

Sino que se trata de que le des exactamente lo que necesita, y en base a una previsión realista de los resultados.

Y cuando seas grande, pues ya gastarás más a lo grande.

Aunque también es verdad que por culpa del miedo a equivocarte, tampoco puedes caer en todo lo contrario. 

Es decir, en ser excesivamente austero en la inversión.

Porque entonces corres el riesgo de pecar de cutre, que en definitiva es igual de malo o peor que lo anterior.

Y si gastas demasiado, siempre lo puedes recuperar con ventas, pero si se tiene es una mala percepción del negocio, te costará mucho más cambiarla.

 

Error #5 – Depender de 1 gran cliente

Y el último de los errores empresariales que cometí que te voy a contar hoy, es el de depender de un sólo cliente muy grande.

Que, en mi caso, era un partner de renombre nacional.

Y es que, cuando estás empezando, o cuando eres pequeñito pero quieres ser grande, cuando te viene un cliente de los muy importantes y te ofrece que trabajes para él, se te nubla la vista y ya solo tienes ojos para ello.

Y da igual cuán consciente seas de que es un enorme riesgo.

Porque la sola posibilidad de facturar y coger nombre con menos esfuerzo, te hace pensar que vas a ser capaz de lidiarlo con soltura.

Y que, al final, tampoco te va a absorber tanto como para no poder dedicarte a tus otros clientes. 

¡Pero ya te digo yo que sí! 

Y el problema es que para cuando te quieras dar cuenta de verdad, estarás ya tan pillado que no podrás salirte.

Pues casi con toda seguridad habrás invertido en estructura para adaptarte a él, y te habrás posicionado de tal manera en el mercado, que si lo dejas será prácticamente la muerte de tu negocio.

Que no quiero decir con esto que no pueda ser una estrategia válida para tu negocio, ni mucho menos.

Porque si te lo montas bien te puede hacer crecer mucho y ganar dinero. 

Pero sí quiero decir que te leas bien los contratos y que asumas que, de alguna forma, vas a tener un jefe que te va a poder mover a su antojo.

Así que, si een tu caso dependes de 1 o 2 clientes muy grandes, empieza desde ya a poner de tu parte.

Para que cada vez tengan menos poder sobre tu facturación.

Porque al final, todo va bien mientras todo va bien, pero cuando se tuerce, el que más suele perder es el más pequeño.

 

Conclusiones

Esto es todo lo que te cuento hoy sobre alguno de los peores errores empresariales que he cometido en mi vida como empresario.

 

Hasta la próxima.

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