Hace unos meses, en uno de los viajes que hago habitualmente para visitar a uno de mis clientes de mentoría, elegí un hotel al azar.
Bueno, más que al azar, es que era el único que estaba cerca. Pero esto no es lo importante.
Lo importante es que cuando llego a la recepción por primera vez -nunca había estado ahí, y ni siquiera había llamado por teléfono-, el recepcionista me dice…
«Buenas tardes Rafael».
¿Buenas tardes Rafael?
¿Me conocía de algo?
La verdad es que me había sorprendido.
Pero como soy un poco escéptico con esto de las sorpresas por el buen trato a los clientes, durante unos segundos estuve intentando recordar si en algún momento me había cruzado con ese chaval y no me había dado cuenta.
Pero no, no era eso. Estaba convencido de que no lo había visto nunca.
Entonces, lo más probable es que simplemente supiera quién soy yo porque no tuviera más reservas ese día y sólo me esperara a mí.
Fuera como fuera, la cuestión es que después de salir de la recepción, y durante prácticamente toda la noche, le estuve dando vueltas al tema.
Porque no es la primera vez que me llaman por mi nombre en un hotel, pero nunca nada más entrar por la puerta.
Además, en los hoteles siempre ha sido por mi apellido, no por mi nombre.
A donde quiero llegar con todo esto, es a que que te traten con respeto y simpatía es relativamente normal en muchos establecimientos (hoteles o no).
Pero que te hagan sentir que no eres un cliente más, que eres especial, no es normal para nada.
Este hotel ha ganado un cliente de por vida.
Y no sólo, evidentemente, porque me hayan hecho sentir importante.
Porque todo en ese hotel está cuidado, limpio, y va acorde.
Es que cada vez que vuelvo me reciben igual, como si fuera su mejor cliente.
Y eso no tiene precio.
Espero sinceramente que esta historia, real completamente, te haga reflexionar sobre cómo tratas tú a tus clientes en tu empresa.
¿Los haces sentir importantes?
¿Y tus empleados?
Ya ves que algo tan simple como dirigirte a ellos por su nombre, puede hacer que la experiencia que viven tus clientes en tu empresa, pase de ser una más, a ser una difícil de olvidar.
Si quieres que la experiencia que viven tus clientes en tu negocio sea inolvidable, y no sabes muy bien cómo hacerlo, te invito a que contrates una de mis mentorías y lo trabajamos.
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Disfruta del día!
Rafa Valero
P.D. – Observa de vez en cuando cómo tratan tus empleados a los clientes.