Los empresarios siempre estamos pensando cómo hacer que nuestras empresas sean mejores, que los clientes nos quieran más y que nuestros empleados estén deseando levantarse cada día para venir a trabajar a nuestro negocio.
Pero deberías saber que, para conseguir esto, dependes tanto de las tácticas y acciones que realices para ello, como de lo que está dentro de ti mismo. Porque, al fin y al cabo, tu empresa es un fiel reflejo tuyo. De manera que, si tú eres descuidado, tu empresa será descuidada y, si eres súper ordenado, tu empresa también lo será.
Y ahí es donde entra en juego la misión personal. Porque, como seguro que ya sabes, toda empresa ha de contar con una misión que la otorgue identidad. Pero, si tenemos en cuenta lo que te he dicho de que tu empresa es un reflejo de ti mismo, para que la misión de tu empresa tenga sentido de verdad y sirva para algo, primero tú tienes que haberte creado tu propia misión personal.
Porque, entre otras cosas, gracias a tener una misión personal, te vas a convertir en un profesional infinitamente más productivo pues tendrás clara cuál es la dirección que da sentido a tu vida y así podrás tomar mejores decisiones que, aunque estas fueran en la dirección contraria a la que persigues, al menos serías consciente de ello, cosa que, en cualquier caso, es muchísimo mejor que equivocarte sin saberlo.
Qué es la Misión Personal
La misión personal es básicamente una declaración sobre la clase de persona en la que te quieres convertir, sirviéndote principalmente para apoyarte en ella y sentirte realizado. Y la tienes que crear basándote en tus propios principios y valores, para determinar, de alguna manera, cuál quieres que sea el fin por el que existes.
La misión la podríamos comparar con la constitución de un país, solo que en este caso sirve principalmente para regir tu propia vida y marcar por qué te levantas cada día. Reflejando qué es lo que quieres para ti y cómo quieres lograrlo. Y, por supuesto, para ayudarte a tomar decisiones, sobre todo en los momentos más difíciles.
La misión, además, no es algo que se te pueda imponer, si no que has de decidirla tú mismo de manera totalmente libre. Y esta puede ser una simple palabra, una frase o un enorme párrafo. Y si ello te hiciera sentir mejor, podrías hacerlo en forma de poesía o canción.
Para qué sirve la Misión Personal
Para que puedas entender más fácilmente cuál es el sentido de la misión personal, esta podríamos compararla con un mapa visualizado desde muy arriba, con lo que podrías ver con claridad cuáles son sus límites y cuál es el norte.
Y gracias a la consciencia de tus propios límites, entendiendo como límites aquello que tú aceptas como correcto para tu vida, poderte marcar más fácilmente metas y objetivos relacionados con tus valores y creencias, pues tendrás una base sólida sobre la que hacerlo.
Un ejemplo
Para que lo entiendas mejor, te voy a poner un ejemplo:
Suponte que tu misión personal es que ningún niño de África pase hambre. Pues bien, en base a ello, marcarte como meta el comprarte un chalet de lujo en Marbella no tendría demasiado sentido, ¿verdad?
Quizá será más lógico aprender el idioma de aquellas personas a quienes pretendas ayudar. ¿no?
Por lo tanto, la misión personal, además de ayudarte a conocerte a ti mismo, porque te obliga a mirar en tu interior para poder redactarla correctamente, te da un motivo de peso para levantarte cada mañana, inspirándote para seguir adelante y dando sentido y significado a tu vida.
La misión es ese escrito que tú mismo has redactado y que te ayuda a recordar para qué haces lo que haces.
Cómo se crea una Misión Personal
Para crear una misión personal existen varias tácticas, pero la que mejor suele funcionar con diferencia, es la de responderte a ti mismo una serie de preguntas, cuyo resultado te permitirá crear un enunciado para el que tienes que intentar poner todo tu yo, pues al fin y al cabo va a jugar el papel de tu propia constitución y marcar el resto de tu vida.
Y algunas de estas preguntas son:
- ¿Quién eres y quién te gustaría ser?
- ¿Dónde estás y dónde te gustaría estar?
- ¿Qué piensas de ti mismo y qué te gustaría pensar?
- Si supieras que hagas lo que hagas todo el mundo va a aceptarlo… ¿a qué dedicarías tu vida?
- ¿Cuáles son tus virtudes más importantes?
- ¿Si supieras que hagas lo que hagas no ibas a fallar, qué querrías conseguir?
- ¿A qué te dedicarías si tuvieras todo el tiempo, el dinero y los recursos posibles, a parte del tiempo que dedicases a tu familia, amigos y diversiones varias?
- ¿Con qué frase te gustaría ser recordado cuando ya no estuvieses?
- Y si alguien leyese sobre ti en la Wikipedia dentro de 100 años, ¿qué te gustaría que se encontrase?
- Cuáles son los valores más importantes para ti?
- ¿A quién admiras que ya ha conseguido aquello que tú quieres conseguir?
Otro ejercicio que te ayudará
- Imagina que ya has conseguido tu deseo (meta) más importante, y supón que estás con unos amigos o con uno de tus hijos y te preguntan cómo lo has conseguido…Haz un escrito contando cómo lo lograste, qué plan utilizaste detallándolo lo más posible e incluyendo detalles. Es importante que te pongas en situación para describir cómo lo alcanzaste y cómo te sientes.
Una vez que tienes todas las respuestas a estas preguntas, es cuando ya puedes crear el enunciado de tu misión personal que, como te dije anteriormente, da igual que sea una palabra o varias frases.
Y recuerda que, para que esta sea realmente efectiva, ha de estar puesta por escrito y ser fácilmente accesible por ti.
Algunos ejemplos de Misión Personal
Para que te hagas una idea más clara aún de cómo redactarla, te muestro algunos ejemplos.
La de Richard Branson, fundador de Virgin, es:
“divertirme en mi viaje a través de la vida y aprender de mis errores”.
La de Oprah Winfrey, la famosa presentadora de televisón americana, es:
“Ser una maestra y ser conocida por inspirar a mis estudiantes a ser más de lo que pensaron que podrían ser”.
Y la de un arquitecto cualquiera podría ser:
“Ayudar a las personas a vivir en un lugar en el que se sientan felices”
Conclusión
Como ves, la redacción de la misión personal es muy personal y cada uno es muy libre de marcarse la que mejor le defina. Y no te tienes que preocupar si a la primera no te sale todo lo bien que te gustaría, porque, además, ni siquiera tiene porqué ser definitiva para toda tu vida, ya que puedes cambiarla cada vez que lo consideres necesario, pues siempre existe la posibilidad de que las experiencias que vivas te hagan cambiar tus valores o principios.
Así que no lo demores más y ponte manos a la obra para poner una misión en la vida. Aunque si te vas a pegar el hartón de crearla y escribirla para después guardarla en un cajón y olvidarte de ella, mejor no pierdas el tiempo.
Y hasta aquí la entrada de hoy, que espero que te ayude a lograr aquello que quieres para ti y para tu empresa.
Hasta la próxima.