A veces dedicamos demasiado tiempo a lamentarnos.
Cometemos errores. Tomamos decisiones poco acertadas. Decimos lo que no tendríamos que haber dicho. O se lo decimos a quien no deberíamos.
No pasa nada, equivocarse forma parte de tu trabajo como empresario.
Asúmelo, porque es normal.
De hecho, es hasta bueno, porque aprendes una nueva manera de no hacerlo la próxima vez.
Ahora bien, lo que ya no es tan acertado es lo de lamentarse en exceso.
Es decir, te has equivocado…pues ya está.
Mira hacia atrás el tiempo suficiente como para aprender la lección, pero no más.
Porque piensa que cada minuto de tu tiempo que dediques a mirar hacia atrás, es un minuto que no estás dedicando a mirar hacia adelante.
Y tu trabajo es mirar el hoy y el mañana.
Pero el ayer sólo para coger datos.
Así que, la próxima vez que erres, si tienes que llorar, llora, pero ya está.
A por lo siguiente.
Disfruta del día!
Rafa Valero
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