Rafael Valero

Consultor de productividad y mentor de empresarios

Mi obsesión es vivir como quiero vivir, pero sin la obligación de tener que trabajar para conseguirlo

No malinterpretes el enunciado, que no me estoy refiriendo a vivir del cuento.

Ni tampoco me motiva nada que me toque la lotería o me caiga una herencia de un tío desconocido (porque de los que conozco ya tengo claro que no me caerá).

El título es literal, especialmente la parte de «sin tener la obligación».

Porque según yo lo veo, no es cuestión de no tener que trabajar para ganarte el pan. Es cuestión de poder permitirte hacerlo sólo si quieres y cuando quieres.

Si te apetece ir, vas.

Si no te apetece ir, no vas.

Y si lo piensas, esta es la definición perfecta del estilo de vida que busca un empresario que aspira a vivir de su empresa, y no para su empresa.

O al menos la que debería ser.

Porque una empresa se monta para que se convierta en un negocio que trabaje para ti, no en un empleo del que no puedas escaparte.

Los que montan una empresa para tener un empleo, que son muchísimos más de los que te imaginas, no entran en este concepto de empresario.

Lo son simplemente por una cuestión fiscal, pero la realidad es que son empleados dependiendo de un montón de jefes (empleados, clientes, proveedores…).

La verdad es que yo no me convertí en empresario, hace más de 30 años ya, por esta razón. Fueron las circunstancias.

Porque lo que yo quería era ser jefe, no empresario.

Pero esta historia la dejo para contártela en otro momento, si es que contratas mis servicios y te apetece aguantar mi rollo.

Sin embargo, este sí fue uno de los motivos principales por los que me convertí en mentor de empresarios.

Un resumen de mi currículum

Sé que no puedes contratar mis servicios sin saber quién soy y cuáles son mis habilidades y experiencias.

No soy un iluso.

No puedo pretender que sólo porque te caiga simpático, o porque te guste cómo escribo en esta web, vayas a dejarte los cuartos en mí.

Tú eres empresario y necesitas calibrar antes de tomar una decisión.

Y aunque puede que en ocasiones te dejes llevar un poco por la intuición, necesitas una mínima base.

Lo que pasa es que contarte todo lo que sé, mis vivencias y experiencias podría resultar eterno, porque he hecho tantas cosas en mi vida como empresario, que esta página no nos da para ello.

Además, casi que prefiero guardármelo para escribir un libro.

Porque sí, voy a escribir un libro.

O al menos llevo planteándomelo desde hace ya muchos años (el título ya lo tengo).

Pero al menos sí puedo ponerte un mini resumen que seguramente te sea suficiente para valorarme como una opción.

Si es que necesitas el tipo de ayuda que yo puedo ofrecerte.

Y si no lo necesitas, pero aún así quieres saber más que lo que encuentres aquí, pues sólo tienes que escribirme un email y nos reunimos un rato para que me preguntes lo que quieras.

Siempre digo que menos millonario lo he vivido todo como empresario

He montado 6 empresas en total.

Y menos la primera, que fue un sinsentido, todas las demás eran en sectores que desconocía por completo.

Porque en lo referente a las empresas, a valiente no me gana nadie.

Bueno, valiente o descerebrado. No sé.

Mis empresas las he tenido en el sector servicios (transportes, instalaciones y consultoría), en el minorista (telecomunicaciones), y en el marketing.

Todas las he iniciado desde cero.

Sin cartera de clientes ni experiencia en el sector.

Y en la mayoría de los casos, sin el dinero suficiente para vivir relajado ni siquiera los primeros meses.

Lo que te digo, un poco descerebrado.

Con estas circunstancias, ya te puedes imaginar que no he tenido éxito en todas.

La primera empresa provocó mi primera ruina.

La segunda conseguí levantarla de la casi ruina otra vez, y acabé convirtiéndola en mi primer negocio perfecto y venderla por un dineral.

La tercera la dejé morir porque me enamoré de la que sería mi cuarta empresa.

La cuarta empresa, la que considero la niña bonita, logré llevarla en menos de 3 años desde cero a más de 100 empleados y varias delegaciones. Y se convirtió en mi segundo negocio perfecto.

Aunque un error estratégico de libro hizo que de un día para otro acabara derrumbándose.

La quinta empresa la cerré por falta de negocio.

Quise innovar, pero no me salió bien. Aunque al menos me di cuenta a tiempo y no me hice mucho daño.

Y la sexta, que es la que dirijo actualmente, es con la que espero que contrates sus servicios.

Como te podrás imaginar, al meterme en negocios cuyos sectores desconocía, y sin espalda económica en la mayoría de los casos, pues he tenido que hacer absolutamente de todo.

He hecho -como mínimo- de administrativo, de vendedor, de mensajero, de barrendero, de almacenero, de recepcionista, de telemarketer…

También he dirigido equipos comerciales pequeños (2 o 3 vendedores a la vez) y equipos comerciales más grandes (más de 50 comerciales)

He vendido a particulares y a empresas.

A puerta fría por casas y empresas, y con llamada concertada.

Y desde hace unos años, también a nivel online.

He dirigido personal de prácticamente todo tipo y condición.

He contratado y despedido muchos empleados.

Y todo esto -y seguramente unas cuantas cosas más de las que ahora no me acuerdo- he tenido que aprenderlas por mi cuenta.

Muchas a golpes con el famoso prueba-error.

Y otras muchas con formación…

He leído lo que no está escrito y visto vídeos como para una vida entera.

He dedicado miles de euros y horas en formaciones de todas las clases y tipos relacionadas con la gestión empresarial, mi desarrollo como empresario, etc.

He contratado mentores

He… yo que sé. Pon aquí cualquier cosa que te imagines.

Y como consultor de gestión empresarial y mentor de empresarios he ayudado a decenas de empresas de muy distintos sectores y tamaños

Y con situaciones por las que pasaban también muy dispares.

Circunstancia que ha hecho que a la vez que les ayudaba yo continuara ampliando mis conocimientos y experiencias.

Aún con todo esto que te he puesto, que aunque es un mini resumen ya ves que no falta casi de nada, no soy infalible y no lo sé todo.

Pero lo que no sé, sí que tengo claro cómo y dónde buscarlo para solucionarlo.

Porque como muy bien dice un dicho por ahí…»no es cuestión de saber hacerlo, sino de conocer a quien sabe».

Si crees que cumplo con los requisitos mínimos como para poder echarte una mano...

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