Tus clientes, cuando actúan como clientes, son unos egoístas.
Aunque perfectamente podemos cambiar las palabras “tus clientes” por “las personas».
Porque en realidad todos actuamos así.
¿O no?
Mira.
A tus clientes les da exactamente igual cuál sea el motivo súper maravilloso por el que hayas montado tu empresa.
Les da igual si tienes que trabajar 14 horas diarias para darles lo que quieren.
Se la repanpinfla si tus empleados son seres de luz o te están haciendo la vida imposible.
Les importa un carajo si tus proveedores te dan o no buenas condiciones de pago.
Y se la pela que tu negocio vaya bien o no.
A los clientes sólo les importa si lo que puedes hacer por ellos les conviene.
Y sus decisiones dependen casi exclusivamente de eso.
De si les conviene y van a sacar algo.
¿Son unos egoístas?
No sé.
Pero lo que sí sé es que los clientes actúan (actuamos) así.
¿O tú te crees que los que colaboran con una ONG lo hacen porque ayudan a los demás?
Seguramente sí.
Pero también creo que sobre todo lo hacen porque así se sienten mejor ellos.
(Esto no se dice porque queda mal, pero ese es el deseo oculto real aunque se repitan mil veces que lo hacen por ayudar).
Bien.
Ahora lo sabes.
Si antes lo intuías, ahora lo sabes.
¿Y qué puedes hacer con este conocimiento?
Pues para empezar, dejar de lamentarte porque los clientes no te compren.
Porque si no te compran es porque lo que les vendes no les conviene o no sacan nada de ello.
En cambio, aprovéchate de que lo sabes y actúa en consecuencia.
Cambia el producto o servicio que comercializas y dales lo que les conviene.
Y si no son capaces de ver que les conviene, déjales claro que es así.
Y no te sientas mal por aprovecharte de sus debilidades, porque a ellos no les importa que tú pases penurias si no vendes.
Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Si cambiar el producto o servicio no es una opción realista, siempre puedes dirigir tus acciones hacia un cliente objetivo al que sí le convenga lo que vendes.